sábado, 5 de diciembre de 2015

TRABAJO DE GEOGRAFIA, Alejandro Francisco Martin


La UNESCO reconoce así el Parque Nacional, y a su estratovolcán de 3.718 metros de altura, como uno de los lugares más ricos y diversos en sucesión de paisajes volcánicos y espectacularidad de valores naturales. Es la tercera estructura volcánica más elevada y voluminosa del mundo, aunque hay volcanes cuya altura sobre el nivel del mar es mayor. Las condiciones atmosféricas naturales de la zona dan al paisaje unos tonos insólitos, y ofrece espectáculos memorables como el mar de nubes generado por los vientos alisios. Su importancia global permite reflejar evidencias de los procesos de creación, consolidación de los sistemas insulares oceánicos. En la actualidad se extiende por unas 18.400 hectáreas, y recibe unos cuatro millones de visitantes anuales.
El Teide es la única zona de alta montaña subtropical de Europa, lo cual convierte al parque en un ecosistema único en el continente, con una singular riqueza biológica, que queda patente si se tiene en cuenta que el 80% de sus especies vegetales son endémicas.
Las especies vegetales más abundantes del parque son la retama del Teide y el codeso. Junto a ellas destacan el tajinaste rojo y la violeta del Teide, una de las pocas plantas que vive en la cumbre. Algunas de las especies más características de esta zona están catalogadas como en peligro de Extinción.
En cuanto a la fauna, el catálogo de los invertebrados del parque, elaborado en 1997, incluye 1.052 especies, entre las que se han descrito 409 desconocidas anteriormente en esta zona, 17 de las cuales son especies nuevas para la ciencia. En los vertebrados destaca la abundancia de lagarto tizón entre los reptiles, del pinzón azul en las aves y las cinco especies de murciélagos en cuanto a los mamíferos, uno de los grupos peor representados en las islas oceánicas.




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